08-03-2023

Una tienda propia

Situado entre valles y montañas que caen en cascada, Chichicastenango es un pueblo que se destaca en Guatemala. Está inmerso en la cultura maya tradicional y es famoso por su mercado que presenta telas guatemaltecas hechas localmente.

En 2007, Lucia Margarita Pacajoj Ticum, madre de tres hijos, notó un número creciente de turistas que acudían en masa al mercado de Chichicastenango en busca de productos guatemaltecos auténticos y tradicionales. Con habilidad para coser, Lucia decidió que era hora de construir su propia tienda y entrar en el negocio de los souvenirs. Por 2 quetzales al día (alrededor de 27 centavos), Lucía pudo alquilar un pequeño espacio en el mercado y colocar una pequeña mesa de madera para exhibir sus productos. Su pequeña mesa estaba llena de muñecas, bolsas, imanes y cuadernos hechos a mano.

Poco a poco empezó a llegar dinero. Pero nunca fue suficiente para mantener a su familia. Afortunadamente, un oficial de préstamos de FINCA estaba recorriendo el mercado promocionando los préstamos de microfinanzas de FINCA a los vendedores del mercado. Después de hablar con el oficial de préstamos, Lucía llegó a la conclusión de que esta podría ser su única oportunidad de hacer realmente algo con su negocio.

Con su primer préstamo FINCA de 15 000 quetzales (alrededor de $2044), Lucía compró materiales al por mayor para hacer crecer su línea de productos. Muy pronto, Lucia pudo presentar nuevos productos a la multitud de clientes que deambulaban por el mercado dos veces por semana.

Siendo la mujer de negocios inteligente que es, Lucía agregó mochilas, pantalones y edredones a su puesto, todos los cuales eran artículos de mayor rentabilidad y diferenciados de las líneas de productos de sus competidores.

Para apoyar su creciente puesto en el mercado, Lucía contrató a dos trabajadores para producir colchas grandes y mochilas coloridas. Incluso podía permitirse comprar dos máquinas de coser, una para cada uno de sus empleados.

Como esposa y madre, Lucía decidió utilizar los ingresos del negocio para el bienestar de su familia. Comenzó cementando el suelo de tierra de su casa. Luego agregó electricidad y agua corriente, ambas por primera vez para su familia.

“Ahora tenemos suficiente ropa para vestirnos, mis hijos tienen zapatos y comemos mucho mejor”, relató Lucía.

Pero eso no es todo. Lucia está utilizando las crecientes ganancias para hacer una inversión en el futuro de sus hijos. Antes de que Lucía ampliara su puesto en el mercado con los préstamos de FINCA, no podía pagar los costos de transporte para que sus hijos llegaran a la escuela y estaba demasiado lejos para caminar. Ahora, gracias a una fuente confiable de ingresos comerciales, Lucía paga con gusto los gastos de viaje de sus hijos hacia y desde la escuela.