Este artículo se publicó originalmente en Global Heroes.

La pobreza es una realidad demasiado común para las familias en Guatemala, donde incluso las necesidades básicas como la comida pueden ser difíciles de conseguir. Pero FINCA.org, una organización internacional de microfinanzas, está trabajando para cambiar eso. Durante más de 30 años, han empoderado a las personas en Guatemala para que persigan y alcancen sus sueños a través de enfoques sostenibles para el alivio de la pobreza.

Las iniciativas de microfinanzas de FINCA han brindado capital de trabajo a las familias de más bajos ingresos de Guatemala desde 1989. A través de sus 12 sucursales en áreas urbanas y rurales en todo el país, ofrecen servicios financieros innovadores, como Banca Comunal, préstamos individuales y en moneda local, microseguros, y servicios de transferencia de dinero.

Pero el impacto de FINCA en Guatemala va mucho más allá de brindar servicios financieros. Se enfocan fuertemente en el empoderamiento de las mujeres, sabiendo que aumentar los ingresos de las mujeres es una estrategia comprobada para mejorar la nutrición de los niños y crear una vida mejor para las familias. Y está funcionando: a través del acceso a los servicios financieros de FINCA, el 74 por ciento de las mujeres en su programa se han convertido en el principal sostén de sus familias.

El trabajo de FINCA está logrando cambios reales en la vida de las personas, capacitándolas para perseguir y alcanzar sus sueños. Desde poner comida en la mesa hasta inscribir a los niños en la escuela y brindar un hogar seguro para sus familias, los clientes de FINCA están rompiendo el ciclo de la pobreza y creando un futuro mejor para ellos y sus comunidades.

Nicolasa Sacay, San Antonio Palopó, Guatemala

Cuando Nicolasa tenía cuatro años, su madre falleció y su familia pensó que su tradición milenaria de tejer moría con ella. Pero apareció una oportunidad cuando una tía le enseñó a tejer a la hermana de Nicolasa. Nicolasa aprendió de su hermana y luego fue aprendiz de un tejedor altamente calificado en Quetzaltenango para perfeccionar su técnica.

Después de su aprendizaje, Nicolasa regresó a su pueblo y se casó con su esposo, Josué, con quien tuvo una hija, Tatiana. Determinada a construir una vida mejor, Nicolasa solicitó un préstamo FINCA para comprar su telar. Desde entonces, ha usado préstamos sucesivos para comprar telares e hilos adicionales para sus textiles tejidos a mano y hacer mejoras en su hogar.

Nicolasa alquila uno de sus telares a otras mujeres del pueblo que no pueden permitirse comprar uno propio.

Nicolasa y su familia viven en una pequeña casa a la que solo se puede acceder subiendo varias docenas de tramos de empinadas escaleras de cemento por la ladera de la montaña. El estudio de tejido de Nicolasa está ubicado en el último piso, con una vista imponente del lago de Atitlán y los volcanes circundantes. Nicolasa sabe que sigue siendo pobre según los estándares mundiales, pero aprecia su progreso y la “visión de un millón de dólares” de su taller.

Nicolasa planea seguir trabajando con FINCA para hacer crecer su negocio e invertir en la educación de su hija. Espera que Tatiana complete la escuela secundaria y asista a la universidad, lo que le brindará más oportunidades de las que nunca tuvo Nicolasa. La historia de Nicolasa es un testimonio del poder de la determinación y el trabajo duro para superar la adversidad y construir un futuro mejor.

Emanuel Solis Yaqui, Patzun, Guatemala

En lo alto de una montaña en el hermoso pueblo de Patzun, Emanuel y su familia viven y cultivan vegetales en su finca familiar. Desde 2019, Emanuel ha estado tomando un préstamo agrícola anual de $2,000 de la oficina de FINCA Guatemala en el pueblo cercano de Chimaltenango.

Utilizando el programa de financiación, ampliaron la cantidad de terrenos en su finca de cuatro a 19 y ahora emplean a tres trabajadores de temporada para ayudar a cultivar, cosechar y vender sus productos en la ciudad. Estos trabajadores temporales han dejado libre a su talentosa esposa para que se concentre en su tejido tradicional de huipil (blusas) y corte (faldas), que vende en el mercado para obtener ganancias. Aunque se tarda más de una semana en crear cada pieza, tanto los turistas como los guatemaltecos locales buscan su talento.

Los préstamos de FINCA Guatemala también incluyen seguro de salud, lo que significa que la familia de Emanuel puede recibir atención médica. La estabilidad financiera proporcionada por los préstamos y el seguro médico de FINCA, junto con su arduo trabajo e ingenio, han hecho posible que los hijos de Emanuel asistan a la escuela secundaria y se concentren en sus pasiones. La hija mayor de Emanuel también juega fútbol competitivo: es una excelente atleta y ha ganado muchas medallas con su equipo, incluido un premio MVP.

Además de cultivar sus propias 19 parcelas, Emanuel no es ajeno a Canadá. Ha viajado a Québec como trabajador agrícola temporal con su cuñado para recoger manzanas y planea hacerlo nuevamente este otoño.

Emanuel y su esposa son increíblemente ingeniosos, trabajadores y talentosos. Con los productos FINCA han encontrado soluciones para minimizar el impacto de la pobreza en sus vidas y mejorar la vida de sus hijos.

Historias como las de Nicolasa y Emanuel no son infrecuentes en la base de clientes de FINCA. Existe la esperanza de un mañana mejor gracias al compromiso de FINCA de empoderar a las personas en Guatemala y su enfoque sostenible para el alivio de la pobreza.